No
amigos, no está abandonado, aunque en invierno no vive nadie, es
visitado frecuentemente por algún vecino para realizar tareas de
acondicionamiento de sus viviendas. En primavera se ocupan algunas casas y en
verano vuelve a la vida. Es un paraíso entre montañas y el día que lo visité me
pareció estar en un cuento de hadas.
Por
el camino que lleva a este pueblo y al llegar a la cima de una colina, me quedé
tan embelesado con el paisaje, a lo que ayudaba el día nuboso que amaneció. Al
llegar a una bifurcación del camino, cogí el equivocado, llegando a otra
aldea, esta si estaba habitada, teniendo que volver sobre mis pasos.
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