lunes, 11 de marzo de 2013

TOBE OR NOT TOBE


Cuantas lágrimas llenaron las mejillas de las madres al ver a sus hijos partir a la ciudad para buscarse el jornal. Que la tierra ya no da, dice el tío Nicolás, que no hay labor para tanto hogar lleno de chiquillos y sin leña más que echar, partieron hacia la gran ciudad a buscarse el sustento en las fábricas, los talleres y el que tuvo más suerte, termino en un bar, sirviendo mesas, poniendo cañas o tras la puerta de la cocina haciendo de los fogones su jornada laboral.


Ésta fue la última imagen que tuvieron de su pueblo al partir. Cuántas noches se le vendría a la mente, la imagen de sus padres con voz temblorosa despidiéndose de ellos y dándoles los últimos consejos para que no se perdieran entre la multitud de la capital, para que estuvieran en sus pensamientos y en sus rezos antes de acostarse cada día.


Ya les llenaron las maletas de embutido y pan del pueblo que la ciudad no les proveerá. También se llevan en sus carteras fotos de sus seres queridos que en la dedicatoria, les recodaran que nos les olvidan.
  

































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